LA DISCIPLINA DE ENFERMERÍA
La disciplina enfermera ha ido
construyéndose a imagen y semejanza del resto de las disciplinas científicas,
sometidas a las influencias de las distintas corrientes y/o paradigmas que los
seres humanos vamos construyendo a medida que vamos plasmando nuestro
pensamiento crece la disciplina. De ahí la importancia de la investigación en
el objeto de estudio de la enfermería. >el cuidado<
La enfermería ha llevado a la práctica
la teoría, ha establecido un puente entre “forma de pensar” y “forma de hacer”
tratando de incorporar ambos en el proceso de cuidar, por lo que requiere un
instrumento metodológico para este proceso de cuidar.
Que le permita
mantener un orden entre dichas acciones, garantizando la consecución de la meta
u objetivo en el paciente a través de las intervenciones enfermeras y/o
acciones de cuidado.
El aprendizaje y
utilización de un soporte metodológico deberá centrarse en lo que llamamos la
forma de pensar y la forma de hacer de manera que cuando nos dispongamos a
llevar a cabo el proceso de cuidar en enfermería pensaremos y realizaremos las
acciones siguiendo el orden que establezca el soporte metodológico
seleccionado.
Otra de las
ventajas que nos aporta la utilización de un determinado método es la
posibilidad que nos da de poder justificar, probar y evaluar el proceso de
cuidar.
El pensamiento crítico en enfermería.
Los profesionales
de la enfermería tenemos la necesidad de utilizar un instrumento metodológico
para el proceso de cuidar, unido al
desarrollo del pensamiento enfermero >pensar y de hacer, < fundamentada
en el pensamiento crítico y método científico. [1]
El término proceso se refiere a:
• Sucesión de acciones.
• Dirección hacia delante de las
acciones.
• Acciones que quedarán vinculadas
entre sí por el objetivo que persiguen.
• Acciones que pueden no tener fin.
• Acciones de pensar y acciones de
ejecutar.
La acción de pensar y su consecuente,
el pensamiento, reflejan la capacidad del ser humano para imaginar, considerar
o discutir. Examinando los hechos y reflexionando sobre ellos se ha llegado a
obtener un dictamen o conclusión sobre el suceso.
Todo ser humano tiene implícito
factores intrínsecos imagina, considera, discute, reflexiona o examina
un hecho, no responde al azar o a la casualidad sino con ellos el individuo
inicia el abordaje de nuevas reflexiones. Y
los factores extrínsecos; son los tipos de pensamiento
predominantes en el entorno social y cultural en el que vive cada ser humano y
que el mismo ser humano, ha ido construyendo.
El pensamiento propio de las enfermeras, se
puede definir como el conjunto de ideas propias y comunes presentes en todas
las personas que componen el colectivo profesional de enfermería. Las características del pensamiento enfermero.
Se manifiesta a través de los escritos y las acciones que lleva a cabo FlorenceNightingale, responde a las líneas del pensamiento científico predominante, al
igual que la del resto de las enfermeras que han plasmado su pensamiento a
través de los modelos. Desarrollado a partir de cuatro conceptos o ideas
básicas, el Metaparadigma enfermero y que son los conceptos persona, salud,
entorno y cuidado. Estos conceptos son lo que identificábamos anteriormente
como los aspectos que ocupan el pensamiento enfermero.
Kérouac S. Afirma que: “La manera particular con la que
las enfermeras abordan la relación entre el cuidado, la persona, la salud y el
entorno permite clarificar el campo de la disciplina enfermera”.[2]
Para Benavent “el pensamiento crítico
es la clave para la resolución de problemas”, de manera que si la enfermera no
piensa críticamente no podrá llegar a resolver el problema, es más, ella misma
se convertirá en parte del problema. Esta afirmación establece el vínculo entre
el pensamiento enfermero y el pensamiento crítico de manera que podremos
calificar el pensamiento enfermero como pensamiento crítico en enfermería.[3]
El pensamiento crítico persigue emitir
juicios basados en evidencias y no en conjeturas. De manera que pueda ser
evaluado el resultado de las acciones derivadas de dichos juicios y así poder
desarrollar el conocimiento.
El proceso de cuidar
Se define como el ejercicio de las posibilidades
o facultades propias de la profesión de enfermería. Significa una forma de
pensar propia en torno al ser humano, a su salud, al entorno y al cuidado, y
una forma de hacer condicionada por los resultados de la acción de pensar.
Florence Nightingale lanza los
cuidados de salud hacia un estatus de profesionalización y responsabiliza a las
enfermeras de estos cuidados.[4]
El proceso de cuidar como acción
profesional queda vinculada a las enfermeras exigiéndoles un compro miso que va
más allá de la mera realización de una serie de acciones de cuidados aprendidas
como par te de las costumbres culturales de un grupo humano y sin más base que
la tradición. Este compromiso alcanza al desarrollo disciplinar por cuanto que
se hace necesario: Definir qué son y cómo son esas acciones de cuidados que
encierra el proceso de cuidar, establecer la relación entre dichos cuidados y
la especificidad de la acción profesional de las enfermeras, Identificar,
describir y analizar un instrumento que haga posible el proceso de cuidar
profesionalmente.
Las siguientes son una serie de
actividades que se han presentado sobre el proceso de cuidar y la vinculación
como pensamiento crítico.
·
Identificar la necesidad del
cuidado
supone para la enfermera un ejercicio complejo, puesto que le obliga a: dotarse
de la información que le permita identificar el efecto de las variables en cada
suceso o situación concreta y tener conocimiento del efecto que las distintas
culturas tienen sobre la manifestación de la necesidad de cuidados.
·
Identificar el tipo de cuidado
requerido la
enfermera necesita un conocimiento técnico acerca de los tipos de acciones que
le permitirán satisfacer la necesidad identificada, deberá conocer si el sujeto
ya ha realizado acciones encaminadas a satisfacer esta necesidad, qué tipo de
acciones son y determinar el valor real que tienen en esa situación y el valor
entendido corno significado para el sujeto.
·
Identificar la manera en que
podremos satisfacer dicho cuidado. Cuando ya hemos sido capaces de concretar la necesidad
de cuidado de un sujeto, el tipo de cuidados que necesita y su capacidad de
participación, es necesario que diseñemos la manera en que vamos a llevar a
cabo la acción de cuidar. Concretar las tareas a realizar, determinar el tiempo
que cada una de estas tareas exige, y determinar el material y/o instrumentos
que necesitamos.
·
Determinar la delegación de
acciones. El
compromiso que las enfermeras asumimos de hacer participar al sujeto en su
proceso de cuidados nos obliga a identificar cuál o cuáles de las acciones
necesarias deberemos llevar a cabo nosotras personalmente, y cuál o cuáles
aquéllas que podremos delegar en el propio sujeto.
·
Considerar el carácter ético
que tiene el proceso de cuidar. Los valores que condicionan -o pueden condicionar— la
expresión de la necesidad del cuidado por parte de la persona, y su
identificación y propuesta de satisfacción por parte de la enfermera, dotan de
carácter ético al proceso de cuidar.
·
Ejecutar las acciones
concretas de cuidado.
La ejecución es la muestra del hacer y la práctica de la enfermería
profesional, y requiere de la realización de una serie de técnicas variadas en
cuanto a su complejidad que no son el fin del proceso de cuidar. Abdellah en
1987 afirma que la técnica ha de considerarse como un instrumento para llevar a
cabo los cuidados y no es un cuidado en sí mismo.[5]
Las técnicas, como
instrumentos para cuidar, exigen que la enfermera posea una formación en dichas
técnicas tal que:
— Adquiera la
habilidad necesaria para realizarlas.
— Adquiera los
conocimientos que fundamentan la técnica y su uso.
— Adquiera la
habilidad para efectuar los cambios necesarios y adaptar las técnicas a los
requerimientos del sujeto que puedan surgir durante el proceso de cuidar.
·
Evaluar los resultados. El proceso de cuidar, como
secuencia de acciones dirigidas hacia un fin, exige de la evaluación de los
resultados que dichas acciones producen en la dirección del fin que se
persigue. Considerando además que el proceso no tiene fin siempre, esta
evaluación no debe entenderse como un punto y aparte o punto final, sino como
un punto y seguido.
La exigencia de
que exista esta conexión en las acciones que comporta el proceso de cuidar, de
no perder la meta de este proceso, y de consolidar el proceso de cuidar como la
esencia de la disciplina enfermera obliga a la utilización de un instrumento
metodológico que permita garantizar todo ello.
3. Cada una de las
etapas del proceso.
Existes diferentes definiciones de lo que
es el proceso enfermero PE
La definición
propuesta por J. M. Deiminger menciona que un proceso enfermero es útil tan
sólo en aquellas circunstancias de cuidados que vayan dirigidas hacia un
individuo y parecen quedar excluidas aquellas situaciones de cuidados que
desarrollamos las enfermeras cuando el usuario de nuestros servicios es una
familia, un grupo o la comunidad.[6]
M. T. Fehlau, Kneedler J M. Señalan que el PE “Es el
método sistemático de solución de problemas para planificar la asistencia. Es un
proceso de planificación de las atenciones centrado en el paciente de forma
lógica y sistemática a través de la valoración, la planificación, la
intervención y la evaluación. Estos problemas hacen referencia a la
manifestación de una necesidad alterada”.[7]
Todos los autores
se refieren al cliente al indicarnos hacia quién va dirigido el proceso
enfermero. Esto nos permite considerar todas las posibles variables de este
cliente al que podría ser un individuo, una familia, un grupo o una comunidad.
En oposición con
las detalladas definiciones del PE J. Jara.
Afirma que el proceso enfermero es “la aplicación del método científico
a la enfermería”.[8]
A. Griffin señala que el proceso enfermero es
“una trayectoria progresiva” que contiene tres dimensiones: “propósito,
organización y flexibilidad”.[9]
• El propósito es dotar a la enfermera de
una estructura para poder prestar atención identificando las respuestas del
sujeto.
• La organización es la estructura que tiene
el proceso enfermero en la que podemos ver un orden y secuenciación en etapas
que a su vez tienen una organización interna en fases.
• La flexibilidad para que el proceso pueda
ser utilizado en cualquier situación de atención de enfermería, es decir,
permite ser utilizado cuando el sujeto de los cuidados es una persona o cuando
es una comunidad, siéndonos útil para la prestación de cuidados en todos los
niveles de salud.
R. Alfaro en
respuesta a la pregunta ¿qué es el proceso de enfermería? dice: “Básicamente,
el pro ceso de enfermería es un método sistemático y organizado de administrar
cuidados individualizados, que se centra en la identificación y tratamiento de
las respuestas únicas de la persona o grupos a las alteraciones de salud reales
o potenciales. Consta de cinco etapas —valoración, diagnóstico, planificación,
ejecución y evaluación[10]
M. Phaneuf afirma
que el proceso enfermero tiene como características que:
• Es sistemático,
no deja nada al azar.
• Es dinámico,
permanece en continuo cambio.
• Es interactivo,
permite la colaboración constante entre enfermera y cliente.
• Es flexible, se
adapta a cualquier circunstancia de cuidados.
• Requiere de un
modelo conceptual que le dé sentido.
• Se orienta a
unos objetivos claros y precisos.
• Es un elemento
esencial para la historia de salud de los sujetos de cuidados.
La configuración
del proceso en etapas se inicia en torno al año 1955 cuando Lydia Hall describe
el proceso como “un proceso en partes” A partir de este momento comienzan a
aparecer diversas propuestas de división del proceso enfermero en etapas que
van evolucionando de manera que estas propuestas pasarán de presentar el proceso
dividido en tres etapas a cinco con las que actualmente trabajamos[11]
La etapa de valoración: obtener información que nos permita
identificar la necesidad de dicha acción y las características que debe tener.
La etapa de valoración nos permite precisamente esto. Valorar la situación del
sujeto en el proceso de cuidar.
La etapa de diagnóstico: utilizar un lenguaje que permita la
comunicación clara entre todos los miembros del colectivo profesional. El
diagnóstico, por tanto, ha de verse como un intento de homogeneizar el lenguaje
profesional de las enfermeras.
La etapa de planificación: La etapa de planificación satisface
la necesidad de cuidado, su interés radica fundamentalmente en la formulación
de los objetivos que se deben alcanzar para poder resolver las situaciones
identificadas como problema a través de la valoración y etiquetadas
posteriormente como diagnósticos.
La etapa de ejecución: cuando nos referimos a la etapa de
ejecución tendemos a considerarla como un momento del proceso enfermero que
requiere una acción más física y menos intelectual, pero como después veremos
es imposible esta diferenciación, puesto que una ejecución meramente mecánica
rompería la continuidad del proceso de cuidar en enfermería y dificultaría su
definición como pensamiento crítico.
La etapa de evaluación: Su consideración como última etapa
dentro del proceso enfermero no impide que las acciones que comporta se lleven
a cabo a lo largo de todo el proceso enfermero y en cualquier momento del
mismo. La evaluación es la garantía de calidad del proceso enfermero.
3.
La importancia de la aplicación del
proceso de enfermería para los pacientes y para la profesión.
Alfaro y Phaneuf, al analizar este instrumento
metodológico, concluyen atribuyéndole una serie de ventajas.
·
Mejora la calidad en la
prestación de cuidados,
ya que permite la consideración del sujeto desde su totalidad e individualidad.
El establecimiento de un orden en la realización de las acciones que comporta
el proceso de cuidar y posteriormente su registro permiten garantizar una
atención de enfermería basada en la individualidad y totalidad del sujeto,
• Ayudará —siempre que nuestro objetivo
para atender al individuo sea claro y diferenciado del de otros profesionales
de salud— a conseguir la autonomía como
profesionales. Efectivamente un instrumento que permite ordenar y dirigir
nuestras acciones en torno a una meta —que se corresponde con la aportación
específicamente enfermera que como profesionales podemos hacer en la atención
de salud al sujeto— hará posible dejar constancia de esa aportación
específicamente enfermera, identificando su especificidad y diferencias
respecto de las aportaciones de otros profesionales sanitarios y mostrando la
necesidad de esta aportación.
Favorecerá la investigación. El instrumento de finido como
“escritura, papel o documento que justifica o prueba alguna cosa” se convierte
en una base de datos imprescindible para la investigación disciplinar. La
relación que existe entre la forma de pensar y la forma de hacer hace del
instrumento metodológico la clave que posibilitará el crecimiento y desarrollo
disciplinar.
• Posibilita una comunicación efectiva entre
profesionales. La organización y la planificación de la atención a la salud
de los individuos hace que el proceso de cuidar y los cuidados que es te
proceso genera y que están dirigidos a sujetos concretos sean compartidos por
varios profesionales de enfermería. Estos profesionales a su vez cuentan con el
resto de los miembros del equipo de salud: técnicos y profesionales de otras
disciplinas que también participan en la atención a la salud del sujeto.
Conclusion
La complejidad del
ejercicio profesional de la enfermería ha quedado centrada a partir del
significado de los términos proceso y cuidar.
Destacando el componente de ejercicio de pensar que contiene el proceso
de cuidar y del tipo de pensamiento que exige.
Sólo el modo de
pensamiento denominado crítico nos permitirá abordar y resolver con éxito el
proceso de cuidar, dicho proceso, nos permite expresar la necesidad de contar
con un instrumento metodológico que permita a las enfermeras llevar a cabo
satisfactoriamente el proceso de cuidar en enfermería. El valor fundamental de este
instrumento metodológico es su consideración como una herramienta. El
profesional de enfermería necesita, para poder utilizarla adecuadamente,
conocer su modo de uso y sus prestaciones y tener como referente un modelo de
cuidados o patrón que oriente y guíe la acción de dicha herramienta.
Es importante
destacar que el uso de este instrumento metodológico nos permite obtener una
información sobre el proceso de cuidar en enfermería que es fundamental para la
investigación y el desarrollo disciplinar.
Hemos visto
también como el proceso enfermero incorpora cinco etapas, que si bien pueden
ser estudiadas separadamente, su aplicación en la práctica será conjunta,
produciéndose un solapamiento entre las acciones que configuran cada una de las
etapas.
El proceso
enfermero es un elemento fundamental para el desarrollo de la investigación en
enfermería. Por tanto, no sólo estamos hablando de un instrumento útil y
necesario en el proceso de cuidar en enfermería, sino que nos encontramos
frente a un instrumento que permitirá el desarrollo disciplinar, porque a
través de él podremos generar conocimiento.
[1]Alfaro,
R. El pensamiento crítico. Un en foque práctico. Barcelona: Masson, S.A., 1997.
[3] Alfaro,
R. ibid.
[4] Nightingale,
E. Notas de enfermería. Qué es y qué no es. Barcelona: Salvat Editores, SA.,
1990.
[8] Griffin,
A. En: Carlson, J. H. eta]. Diagnóstico de enfermería. Madrid: Pirámide, 1985.
[9] Alfaro,
R. Aplicación de/proceso de enfermería. Guía práctica. (2 Barcelona: Doyma,
1992.
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